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Japón - Primer día

  • Foto del escritor: CaroPolisceni
    CaroPolisceni
  • 17 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Les cuento los paseos que hicimos el primer día y también nuestros errores!


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El primer día nos levantamos muy temprano (ya que no pude dormir, jetlag) y fuimos a comprar el desayuno, lo que yo no sabía es que todos los comercios abren entre las 9:00-10:00 am. Además teníamos planificado ir al zoológico del parque de Ueno, pero era lunes, y ese día estaba cerrado, fue así como nos fuimos directo a Akihabara.


El primer lugar que quería visitar era el barrio de Akihabara, la cuna del animé (soy fan de la animación japonesa hace años), es el paraíso del otaku, como yo. Fuimos caminando hasta allí observando los edificios altos, los ríos rosas por los pétalos de sakuras y las tapas de alcantarilla ornamentadas. Cuando llegamos a Akihabara estaba todo recién abriendo pero a lo lejos escuché un sonido familiar, seguimos ese sonido hasta que me dí cuenta de que era la canción de apertura de una de mis series favoritas, One Piece. No solo había encontrado una tienda 100% de merchandising de esa serie sino que ese año se cumplían 15 años de emisión de la misma y el país estaba como loco, era sin dudas el paraíso. Así fue como en el día 1 llené mi valija y tuve que comprar otra.



Después de recorrer un poco Akihabara (nos faltó mucho), seguimos caminando en dirección a la torre de Tokio, por el barrio Chiyoda. Todo era enorme, solo veíamos edificios, no había parques ni zonas comerciales, estábamos muertas de hambre. Seguimos caminando deseando encontrar algo para comer hasta que en el medio de todo el gris del concreto de los edificios vimos una pequeña puerta roja. Nos dimos cuenta de que allí vendían comida y como las siguientes cuadras no se veían muy prometedoras decidimos entrar. Resultó ser un restaurante familiar muy pequeño pero pintoresco, usaban vajilla tradicional y traían la comida en bandejas de madera a tono. Antes de traernos la comida, que pude pedir porque logré leer pollo y pescado en el menú, nos trajeron un agua amarilla muy clarita, resultó ser agua de jazmines, la comida estuvo muy rica y el personal fue muy amable.


Anécdota: camino a la torre de Tokio pasamos por una mega store, Laox, donde por supuesto había kilos de merchandising de One Piece. En un momento veo una manta con la cara de mi personaje favorito y obvio que la compré, no sé para qué, pero la compré. El asunto fue que luego de cargar con la manta todo el día, cuando llego al hotel la abro y resultó que no era una manta, era un pijama de cuerpo entero que incluye hasta gorro y mitones. Mi cara de felicidad solo es descriptible por mi hermana quién no podía creer que fuera feliz con una tontería tan grande.


Seguí nuestro viaje en el próximo post! La subida a la torre de Tokio!


Nos vemos ahí!

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